martes, 2 de julio de 2013

SEGUNDO CAPÍTULO.




Narra ____


Nos levantamos al día siguiente, y aunque habíamos dormido escasas horas estábamos llenas de energía. Después de desayunar y prepararnos para el fantástico día que empezaba nos pusimos manos a la obra. Teníamos una semana para preparar dos maletas y asegurarnos de que nada de importancia se nos olvidaba. Empezamos con mi maleta; mientras yo iba metiendo ropa de verano como camisetas de manga corta y shorts, Noe iba haciendo una lista de las cosas que ambas deberíamos meter en nuestras maletas. Di por terminada la parte de la ropa que pensaba llevarme y Noe se levanto de mi cama mientras negaba con la cabeza.


-¿En serio ___, eso es la ropa que te vas a llevar?-preguntó mientras yo me dirigía al baño a por mis cosas de aseo personal.


-Pues si, no creo que vaya a hacer frío en Los Ángeles en pleno verano-respondí yo, intentando demostrar cierto tono de lógica evidente en mis palabras.


Cuando volvía hacia mi habitación encontré a Noe frente a mi maleta con las manos en la cadera, con gesto de aprobación, y en mi maleta ahora estaban amontonados todos mis vestidos de fiesta.


-Así mucho mejor,  no puedes ir a Los Ángeles a pasar todo el verano e irte sin ningun vestido.


-Pues es justo lo que yo pensaba hacer, no entiendo para qué voy a llevar vestidos. Ni que fuera a salir de fiesta mucho o a encontrar a alguien que se fije en mi.


-Pues claro que vas a salir de fiesta-dijo Noe demasiado convencida teniendo en cuenta mi personalidad-es más, saldremos de fiesta y te buscaré un amor de verano, y de paso, otro  para mí-después de esta afirmación tan natural se echó a reír.


Esa era mi mejor amiga, Noe, una chica con ideas alocadas, y que aun así, se esfuerza por llevarlas a cabo.


-Venga _____, por fi...-había usado un diminutivo y a continuación había puesto una cara de cachorrito suplicando a la que no me podía resistir.


-Bueno, venga, vale, me has convencido...


-¡Bien! NOS IREMOS DE FIESTA POR LOS ÁNGELES-echamos las dos a reír.


Un rato después, habíamos terminado la maleta.


Los días pasaron lentos, pero no eran completamente así. Eran extraños, tal vez esa fuera la palabra, porque el día en general se hacia interminable, teníamos muchísimas cosas que hacer, pero, como teníamos un objetivo que nos entusiasmaba, todas esas cosas parecían diminutos detalles que llevar acabo antes de coger el rumbo directo a nuestro próximo destino.


De esa manera conseguimos superar esa semana que nos separaba de la aventura que nos esperaba a miles de kilómetros, mas exactamente 10400, tras coger un avión; y por fin, allí estábamos, a las 5 de la mañana, en el aeropuerto mas cercano a mi ciudad.


Llevábamos 2 horas allí, las maletas ya estaban facturadas, teníamos nuestros billetes de avión con el asiento numerado, los pasaportes ya nos los habían revisado y en unos minutos abrirían las puertas que nos permitirían entrar en el avión. Si mis cálculos no fallaban, y el billete no mentía, el vuelo seria de 14 horas mas o menos, lo que estaba justificado ya que entre España y Los Ángeles hay nueve horas de diferencia; cuando lleguemos allí, serán las diez de la mañana aproximadamente, y aquí serán las siete. Aprovecharé el vuelo para descansar, porque no quiero llegar allí, con un día por delante, y parecer una muerta viviente que vaga por las calles cual turista que es.


El sonido de una voz femenina me saco de mis pensamientos repetitivos.


-Los pasajeros del vuelo 0180398 pueden proceder a entrar en el avión por la puerta de embarque 16.-dijo una chica rubia con una coleta baja vestida de un traje azul, con una camisa blanca y una corbata roja.


-Venga chicas, vamos a embarcar y así podréis sentaros en los asientos y dormiros definitivamente-dijo mi padre mientras nos dedicaba una sonrisa a la cual yo no le encontraba sentido considerando que eran las cinco de la mañana y no habíamos dormido.


Noe y yo nos levantamos lentamente de esas sillas típicas de aeropuerto y nos dirigimos con aire cansado a la fila que ya formaban nuestros compañeros de viaje.


No podría decir quien iba mas cansada, si Noe o yo, pero ella me contesto esa pregunta cuando dio dos zancadas y se coloco en la fila enérgicamente.


- ¡Venga _____, despierta, en tan solo 14 horas estaremos en Estados Unidos!-dijo Noe mientras me sacudía sujetándome por los hombros.


-Deja de agarrarme y entrega el pasaporte si no te quieres quedar en tierra-respondí yo, intentando hacerla avanzar.


Después de enseñar los pasaportes llegamos al avión, y como era predecible, en cuanto dejamos de tocar tierra, las dos caímos rendidas ante el cansancio. Pero justo antes, eche un ultimo vistazo a las luces de España; pasaría mucho tiempo antes de que pudiera volver a verlas, y quien sabe si no las echaría de menos antes de tiempo, debido a algún deseo de volver a España por falta de comodidad en un país tan lejano a mi casa.


Después de unas horas de vuelo me desperté, Noe seguía durmiendo, al final resulta que ella estaba mas cansada que yo. Aun quedaban un par de horas de vuelo así que decido escuchar música. Me gusta la música que no le gusta a nadie, soy rara, igual que Noe, por eso nos llevamos tan bien.


Me paso lo que queda de vuelo escuchando música y leyendo, cuando vamos a aterrizar despierto a Noe para ver juntas el paisaje por la ventanilla.


-¿Puedes creerlo _______? nuestro primer viaje juntas, a Los Ángeles.


-Estoy segura de que será el primero de muchos, además tengo el presentimiento de que lo pasaremos bien, y eso es raro en mí.


-Espero que tu presentimiento se cumpla y que salgamos mucho de fiesta, no tienes excusa, voy a encontrarte un amor de verano.


Suspiré. La verdad es que nunca había tenido novio, y la idea me atraía lo más mínimo. Por el contrario, Noe había tenido varios novios, además dudaba de su virginidad, se emborracha tanto que no me extrañaría que la hubiera perdido estando ebria, pero nunca habíamos hablado de eso.


-¿Me estas escuchando? No quiero ni un solo suspiro más, ¿entendido?- me dijo Noe devolviendome a la realidad. Estábamos a punto de aterrizar, los letreros brillantes se veían a distancia aun con el sol de las 10 de la mañana brillando.


-Vale...-dije yo mientras Noe, al oír mi tono desanimado abría los ojos mostrando una expresión graciosa que me insistía para que diera otra respuesta- sí, lo he entendido, y según tu, vas a hacer este verano genial.


-Exacto, eso es lo que, las dos, vamos a hacer.-Se encendió la lucecita que nos indicaba que teníamos que abrocharnos los cinturones  y eso cambió  nuestra conversación.


-AAAAAH, ¡YA ESTAMOS AQUÍ!- grito Noe cual niña pequeña.
-¡SI! ¡LOS ÁNGELES ALLÁ VAMOS!- la seguí yo, que, aunque no me hiciera mucha ilusión al principio, me estaba empezando a creer que ese verano si que seria inolvidable y extraordinario.


A continuación todo pasó muy rápido, el avión aterrizó, volvimos a pisar tierra, el aeropuerto de Los Ángeles era gigantesco, recogimos nuestras maletas, que sorprendentemente estaban perfectas después de 14 largas horas de vuelo, y por fin salimos del aeropuerto siendo capaces de ver el sol, de sentir el intenso calor de aquel clima, la luz especial con la que brillaba todo, la gente y todo lo que caracterizaba a los americanos. Estábamos allí, en Los Ángeles, juntas y con un verano que conquistar según Noe.


-Esto es...-no sabia ni como clasificarlo.


-Increíble es la palabra que buscas- dijo Noe colocándose a mi lado; estábamos las dos, con nuestra grandes maletas, mirando a unos cuantos taxis ir y venir, y de fondo, una bonita ciudad en la que estaríamos bastante tiempo.


-Venga chicas, nos espera la limusina.-dijo mi padre, con un tono bastante natural.


-¿La... la limusina?- pregunto Noe atónita. Yo seguía intentando creérmelo. Pero claro, se me olvidaba que mi padre era así, si sus clientes eran tan importantes como para hacerle venir hasta Los Ángeles, seguro que se habría encargado de asegurarse las mejores condiciones.


-Si, nos va a llevar hasta el hotel donde nos quedaremos hasta que encuentre una casa decente.


-¿Hotel?- ahora era yo la que preguntaba- papá, te conozco, ¿que hotel has cogido?


-Tranquila, os va a encantar, tiene cinco estrellas- me respondió mi padre; eso ya lo tenía yo claro, sería el mejor hotel de todo Los Ángeles.


-AAAAAH, _____ grita conmigo- le hice caso, a mi también me hacía muchísima ilusión.-NOS VAMOS A QUEDAR EN UN HOTEL DE CINCO ESTRELLAS- gritamos al unísono y seguidamente chocamos nuestras manos; eso era un sueño.


Montamos en la limusina y antes de que pudiéramos darnos cuenta teníamos el magnífico hotel en frente.
-Estoy sin palabras...-dijo Noe mirando con los más abiertos que nunca el edificio que teníamos delante.


- Es perfecto- dije yo sin poder articular otra cosa.


-Es el Beverly Hills Hotel- dijo mi padre satisfecho de nuestra reacción.


No podía esperar a entrar al hotel; por fuera parecía un palacio, la entrada estaba cubierta, una alfombra roja típica de entrega de premios cubría el suelo, en las columnas de color rosa palo ponía The Beverly Hills con unas bonitas letras cursivas, no me podía imaginar cómo sería por dentro, pero una cosa estaba clara, se merecía las cinco estrellas de sobra. Entramos y nos quedamos con la boca abierta, por dentro era mucho más espectacular que por fuera, nunca había visto una decoración como aquella, lámparas de araña bañadas en lo que parecía oro decoraban el techo, sillones enormes acordes con el color crema de las paredes ocupaban cada pared y un círculo central con una pequeña fuente y varias plantas daban un toque natural a la recepción, y además era inmenso, no me lo podía creer, no podía esperar a ver nuestra habitación. Mientras mi padre avisaba a la secretaría de que ya habíamos llegado, Noe y yo nos quedamos calladas, estábamos demasiado ocupadas observando el hotel; era increíble. Mi padre volvió, nuestra habitación estaba en la segunda planta, una de las mejores según las bonitas indicaciones del cartel detrás de la secretaria. Cuando mi padre abrió la puerta por poco me da algo, ¡casi era más grande que mi casa! Y eso que solo era una habitación de hotel y nos quedaban muchas zonas por explorar; aún estaba sorprendida, nunca pensé que podría permitirme este tipo de lujos.


Dejamos las maletas en lo que parecía la entrada, compuesta por un recibidor, un sillón frente a una televisión y una mesa central con un jarrón en medio. Había una ventana desde la que se veía la piscina. A ambos lados de la televisión había dos puertas, una sería la habitación de papá, y la otra sería la nuestra. Papá, suponiendo que queríamos tener una ventana en nuestra habitación, nos dejo la que tenía vistas a la piscina. La habitación también era impresionante, dos camas bastante grandes estaban situadas en una de las paredes, otra televisión estaba colgada de la pared contraria y como habíamos supuesto, una gran ventana ocupaba la mayoría de la tercera pared; en realidad, era tan grande que se podía considerar terraza.Y por último, la puerta del baño quedaba en la cuarta pared; un baño enorme, con una ducha con efecto de lluvia y una bañera que perfectamente podías transformar en un jacuzzi.  Después de quedarnos asombradas con la habitación que teníamos Noe y yo queríamos investigar el hotel porque en el papel que hay en la mesilla de nuestra habitación pone que hay servicio de Spa, y queremos ver la piscina más de cerca ya que desde la ventana se ve espectacular y así aprovechamos para situarnos un poco en el hotel para poder movernos mejor por él los próximos días sin problemas. Yo ya estaba lista, no pensaba arreglarme más, estaba peinada y vestida y a mi con eso me valía, sin embargo, Noe quiso cambiarse de ropa, y como sabía que eso la llevaría su tiempo decidí dejarla la habitación para ella sola e ir a investigar a la recepción por mi cuenta antes de encontrarme allí con Noe.


Narra Noe:


En cuanto me cambié de ropa y me vi aceptable como para poder pasearme por un hotel lleno de gente interesante salí de la habitación. Me estaba separando el pelo para que la misma cantidad quedara a ambos lados cuando algo que venía a toda velocidad de frente y que yo no pude esquivar me hizo caer al suelo de espaldas. Ese algo en realidad era un alguien, un chico más concretamente; que esta a unos centímetros de mí intentando levantarse después del golpe. Es bastante guapo, ojos claros, pelo castaño y desordenadamente peinado, su piel es bastante más morena que la mía, aunque eso no es difícil ya que soy bastante blanquita de piel. Si fuera otro tipo de persona, una chica tal vez, reconozco que habría empezado a chillar algo como ‘MIRA POR DONDE VAS ATONTADO’, pero como es un chico, está en el mismo hotel que yo, tal vez tenga amigos por aquí y no tiene un aspecto nada malo, decido quedarme callada mientras me recupero de la caída.


-Lo siento, perdón, no te he visto- dijo el chico mientras reía abiertamente y sonreía de una forma adorable. Me tendió la mano para ayudarme a levantar y yo la tome encanta; el chico estaba fuerte y subí casi sin esfuerzo alguno.


-No pasa nada.-fue lo único que conseguí decir y después le devolví la sonrisa.


Hubo un silencio extraño, yo no sabía qué decir y el chico se limitaba a mirarme, tal vez comprobando que estaba bien.


-Siento mucho haberte tirado al suelo, pero estoy jugando al escondite y creo que soy el único que queda sin pillar. Quiero ser el héroe, como Superman, y salvarles a todos- rió una vez más- Adiós, un gusto chocarme contigo- Y se fue corriendo dejándome a mi intentando contener una risa que inevitablemente consiguió salir lo suficientemente fuerte como para que aquel chico se girara, me volviera a dedicar otra bonita sonrisa y siguiera corriendo alegremente.
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¡Hola de nuevo! Como veis este capítulo es larguito, pero no todos serán así, habrá algunos más cortos y otros más largos. Muchas gracias por todas las visitas y las opiniones que estáis dando, son muy importantes para nosotras. Deciros de nuevo que si queréis que os avisemos solo tenéis que decírnoslo. Voy a dejaros aquí el link de mi ask, por si tenéis alguna pregunta o duda. http://ask.fm/WeeLoovee1D
Muchas gracias. Atte: @LivingDayDreams y @CupcakeForevah

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